Siempre es difícil decir adiós, porque se deja atrás tanto lo que se había construido, como lo que se había imaginado.
Se queda atrás cada momento, cada detalle, cada espacio compartido; se quedan inconclusos sueños y proyectos, y a veces en el proceso se marchitan en silencio cientos de anhelos.
Y aunque no es sencillo, a veces es necesario para poder crecer y para aprender a amar mejor, para sanar, para mirar la vida con ojos claros y recibir a manos llenas sus regalos.
Decir adiós duele mucho, pero ayuda mirar con gratitud lo bueno que se tuvo, aunque hoy ya no esté. Porque si bien, una historia concluye, siempre se puede volver a florecer
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Poetisa Rosa 🌹🍃