¿A quién le cuento que me estoy muriendo?
No encuentro luz casi en ningún momento.
Las experiencias matan con el tiempo.
Me volví frío y el vacío en mi interior no hay quien lo cambie, casi siempre me acuesto tarde.
No tengo quien pueda escucharme, pero si Dios lo hace pido que mi cuerpo salve y que limpie mi rostro, porque ya no me reconozco.
Que sane mi corazón roto que no quiero volverme loco.