QuizΓ‘s seas apenas como un jirΓ³n de niebla
que copia dΓ³cilmente cada pacto de mi sustancia con el tiempo,
como cree la luz;
o acaso estΓ©s aquΓ sΓ³lo para testimoniar con tu insistente opacidad la culpa y la caΓda.
CompaΓ±Γa fatal o delatora,
yo sΓ© que agazapada en un rincΓ³n cualquiera de los sueΓ±os
permites que la muerte se pruebe mi propio cuerpo cuando duermo.
Y no ignoro tampoco que llegas desde el fondo de un abismo con alas de ladrona
y escondes en tu vuelo soles negros,
humaredas de infiernos nunca vistos y recuerdos que zumban como enjambres.
Tu cosecha de ayer; tu amenaza y promesa para hoy y maΓ±ana.
Sospecho que tambiΓ©n me has contagiado paredones roΓdos,
templos rotos, fisuras dolorosas y escondrijos que dan al otro lado.
Pero tambiΓ©n multiplicaste a ciegas las visiones del amor que no muere,
nos vestiste con noche encandilada, con fugitivos resplandores,
y hasta te vi saliendo de ti misma
y te vi propagarnos como a un eco, como a un temblor de luces hacia la eternidad,
al paso de las aguas.
Sombra perversa y sombra protectora,
mi doble de dos caras.
Nunca tuve otra hija mΓ‘s que tΓΊ,
y has hecho lo imposible por parecerte a mΓ, en mi versiΓ³n confusa,
aunque siempre aparezcas embozada en anΓ³nima y ajena, peregrina envoltura.
Yo te confieso ahora, mientras estoy aquΓ,
mientras aΓΊn me anuncias o me sigues, no sΓ© si como emisaria o como espΓa,
que quienquiera que seas no querrΓa perderte entre otras sombras.
No me dejes entonces nunca a solas con mi desconocida:
no me dejes conmigoβ.
- Olga
#OrozcoBalance de la sombra
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