“Tranquila, sólo tranquila, tú tampoco eres un regalo”, dijo el abuelo cuando cuidaba a la ya anciana abuela.
Cuanto más joven eres, más grosero eres con las debilidades de otras personas. Las personas más malvadas suelen ser los escolares. El acoso no me pasó en la escuela, pero también pasó en mi clase. Cuanto mayor te vuelves, más paciente aprendes a ser contigo mismo y con los demás.
Recuerdo que mi abuelo tenía la costumbre de involucrarse rápidamente en alguna acción. Quizás fue profesional, pero fue muy molesto. Soy una de esas personas que preferiría decirme con al menos una hora o quince minutos de antelación dónde me necesitarán a continuación. Pero siempre fue difícil decir: “¡Vamos, el negocio llama!”, y así fue exactamente con mi abuelo.
Pero cuando comencé a crecer, resultó que todas estas eran cosas tan pequeñas. Y también tuve muchas debilidades, especialmente en la infancia. Había mucha desconfianza e incertidumbre, lo cual era extremadamente difícil de tratar, pero aun así fue tratado por mi abuelo. Si no fuera por mi abuelo, lo más probable es que continuaría escondiéndome del mundo, sentándome a mirar televisión, mientras mi abuelo constantemente me llevaba a algún lugar al azar hacia lo desconocido, complejo, distante y aterrador. Pero siempre fue beneficioso, siempre fueron impresiones.
Cada uno, por supuesto, tiene un carácter diferente, diferentes debilidades, pero diferentes fortalezas. Si uno de tus familiares te molesta, debes saber que definitivamente tú también los estás molestando de alguna manera. Y con la edad comprenderás que la irritación, la ira, la ira: todo siempre viene del interior y no del exterior. Lo que una persona está llena, se derrama fuera de ella. (c) $GrandPa
*El video y el texto fueron preparados con el apoyo de GrandPa AI Solutions. El proyecto se encuentra en etapa de desarrollo. Por lo tanto, suscríbase a las redes sociales a continuación y lea más sobre nosotros en el sitio web y en el Whitepaper:
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