3. Combina frío y calor
Combinar frío y calor puede llevar a tu amante al paroxismo del placer. En el caso de los pechos, por un lado despierta las terminaciones nerviosas y, por otro, relaja las glándulas mamarias. Ponte un hielo en los labios y deslízalo por todo su seno hasta que comience a derretirse; luego, mete el hielo dentro de la boca, apresa el pezón con los labios y juega con él alternándolo con los labios, la lengua y tu aliento. ¿Gime? Vas bien…