✍Queremos dar todo nuestro cariño y el apoyo a la DOCTORA ( con mayúsculas) Nadya Popel
que está siendo atacada por las autoridades "sanitarias" desde el inicio del "entramado pandémico" y siempre ha permanecido fiel a su profesión médica, preocupándose por sus pacientes, advirtiendo de los efectos adversos de las inoculaciones experimentales. Ni se doblegó ni se ha rendido a pesar de todas las persecuciones sufridas.
El colegio de médicos no tiene moral acusar a Nadya de no respetar el código Deontológico. El código que el mismo colegio ha pisoteado en reiteradas ocasiones.
Cuando los medicamentos no pueden traer el beneficio económico se vuelven los enemigos de la industria farmacéutica y sus sicarios y los médicos que los aplican sufren las "consequencias" perdiendo derecho a ejercer su profesión.