#Hablemos_de_los_placebos 270924
2/3 (Parte 1/3 en
https://t.center/akashacomunidad/3538)
Resulta que quienes realizan los estudios farmacológicos han sido medio
tramposillos [ojo: fue sarcástico; pueden suplir ese adjetivo por el que ustedes más prefieran. Se me ocurren muchos, pero deseo mantener este espacio libre de agresión], porque utilizan (no siempre pero sí muy seguido) placebos que no son tal. Específicamente, han decidido que “placebo” es lo que ellos quieren que sea, y es frecuente (lamentablemente, muy frecuente) que administren un placebo que no es inerte. Por ejemplo en muchas vacunas de la infancia y del adulto, los placebos que han utilizado son inyecciones que contienen los adyuvantes (por ejemplo, hidróxido de aluminio), o los conservadores (por ejemplo, etil mercurio). Eso es tramposo porque te lleva a subestimar los efectos adversos asociados a la vacuna.
Sin ir más lejos, el ensayo clínico de la “vacuna genética” de Gamaleya (Sputnik) utilizó como control: Tris (hidroximetil) aminometano, cloruro de sodio, sucrosa, cloruro de magnesio hexahidratado, dihidrato de sal EDTA disódico, polisorbato 80, etanol al 25% y agua (vean el material suplementario de
https://www.thelancet.com/article/S0140-6736(21)00234-8/fulltext). Hay agua y sales, sin duda, pero también hay polisorbato 80. Y no es inerte precisamente porque el polisorbato 80 puede ocasionar diversos efectos adversos (
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6015121). Puede ocasionar diversos efectos nocivos a nivel local y sistémico además de reacciones de hipersensibilidad (alergias severas, pues) (ver:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0928098724001088).
Entonces, si por ejemplo, si queremos comparar reacciones de hipersensibilidad posteriores a la administración de una vacuna, pero el grupo “control” recibió un pseudoplacebo que contiene polisorbato 80, va a ser subestimado el riesgo de reacciones de hipersensibilidad asociados a la vacuna. Esto es porque el grupo control se considera como el de “lo que les pase es normal”, entonces, la diferencia en la ocurrencia de un evento adverso determinado entre el grupo vacunado y el grupo control va a ser menor de lo que realmente hubiera sido si se utilizara un placebo real.
Es grave. Sobre todo si consideramos que no hay reglamentación al respecto. En otras palabras, las agencias reguladoras no le piden a la farmacéutica que informe qué es lo que contenía su placebo. De hecho, las farmacéuticas prefieren guardarse esos detalles como un secreto comercial.
En otros casos, el grupo “control” se trata de un grupo que sí fue vacunado, pero tiempo después que el otro; o se trata de un grupo que fue vacunado pero con una vacuna anterior.
En conjunto, lo que significa lo anterior es que no son confiables la mayoría de los resultados de seguridad de los ensayos clínicos de las vacunas, porque subestiman los efectos adversos y sobreestiman la seguridad del producto. Es la versión farmacológica de la frase “En tierra de ciegos, el tuerto es rey”. No se está viendo al tuerto en relación con una población de dos ojos sanos, sino en relación con ciegos. Así, ¿cómo no sería rey?
En el artículo en el que me inspiré para el texto que hoy comparto (
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33616608), publicado en 2021 por Demasi y Jefferson en la revista Journal of the American Medical Association, se habla precisamente de eso. Como no está de acceso abierto (supongo que la revista no quiere que muchos lo lean, porque muchas otras publicaciones en esta revista que son zalameras hacia las vacunas están disponibles), se los anexo como PDF en la siguiente parte del mensaje. (Continúa en
https://t.center/akashacomunidad/3540)