“Con la moral rota, el alma destrozada y las tetas escondidas, me fui a mi casa. Salí de aquel hospital, en medio de una ola de gente y un ataque de pánico, empujando y maldiciendo, respirando, pero sintiendo que me ahogaba, pensando en que estaba mejor en mi casa, aguantando el dolor.”
En la nueva entrada de su columna, Lisney Romero Céspedes nos cuenta cómo después de que finalmente decidió atenderse las secuelas físicas de una relación abusiva, resulta que fue “Peor el médico que la enfermedad”. Un tema doloroso, pero necesario, en la voz de esta autora que siempre sabe emocionarnos. ¡Lee y comparte!
🎨 Ilustración por Gabi González Fernández
https://qdecuir.com/2022/11/29/peor-el-medico-que-la-enfermedad/