-Hay recuerdos que no sirven para nada
-¿Seguro?
Es tiempo de sacudir el pensamiento y reciclar las memorias, convertir nuestra mente en galaxia, reciclar los recuerdos perdidos, reflexionar...
Es noche No sé si es noche O si la oscuridad se desprende en mi entraña Soy el café imbebible Con veneno de ratas Soy nicotina en la garganta Que se anuda a mi sangre Soy el humo que no me calma La colilla que se destroza La colilla que destrozo No soy nada... Soy Las letras que escupo en forma de hiel Esta vez la poesía tampoco es calma El té derramado El toc de mis dedos invencibles El calor en la tráquea La llamada que se vuelve Un cigarro gastado Soy el círculo de mi cabeza Soy una noche que no tiene sentido Una hoja con disparatados trazos No soy nada Tengo miedo Quiero volver a ser Esa niña pequeña que no tiene miedo Y que resiste los ataques De las cucarachas Cuando viene mamá Quiero ser Quiero ser Quiero no estar más en esta habitación blanca Que me nubla y me asfixia Quiero salir de mí Cuando me autoflagelo Quiero un oído, aunque sea muda.
Me voy Haciendo malabares En el andamio de los que se quedan Me voy Con el veneno de la sobrevida Manchándome las ropas Me voy con mi papel a cuestas Con la pupila hundida en sangre Engrandecida y deformada Me voy Me voy sin equipajes Con un beso clavado Entre la piel y el alma Entre sed y suspiro Me voy ahogada en un desprecio Y acurrucada en tu mirada Me voy Me voy mil veces Y cuanto más me alejo Más me quedo
El desdén del sudor En aformes figuras que se deslizan Presurosas al tiempo que las luces se opacan Se trastoca en la forma De voluntades vulgas sin derecho a la vida
Poco se valorizan los atardeceres Entre las nubes tercas que los desaparecen Entre las tercas nubes con sabores a luna
El desdén del sudor y los atardeceres A la espera del alba son la misma cosa
El desdén del sudor es un alma rabiosa Y es el atardecer Un alma con la cara de un hambriento niño
Es pues, el alma Cuando se acaba el día Un triste niño hambriento Y rabioso y sin fe
Es pues, el niño, entonces, cuando comienza el día Un lápiz color gris que enmaraña las páginas Del sudor, de la rabia y de la fe al descuido.
¡Basta! Basta ya de palabras vacías De discursos vacíos, parlamentos vacíos ¡De poesía vacía! Basta de parlotear Sobre senderos que el valor no recorre Basta ya de jugar Basta ya de acrobacia emocional Si no pueden palparse las ideas coherentes ¡Basta! Basta de tanto verbo enmohecido De recursos roídos por el miedo O por los actos a que conduce el miedo Basta ya de aludir lo irrealizable O lo forzosamente irrealizable Bastan las frases Que causan hematomas en las profundas sensibilidades ¡Basta! Basta porque no sirve la palabra sin hecho Y basta Pues si no sirve duele Porque nada hace ¡El exceso de palabras debería ser delito!
••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• La fuga
La calle tiene el mismo sabor metálico De aquellos días Que las memorias no retienen La gente parece un fragmento de estiércol Dentro del cual hay muchos otros sucedáneos Mi cuarto huele a soledad A veces me deslumbra Otras me asquea Mi cuarto huele al proyectil Que no ha salido aún de mi cabeza hueca Mi cuarto huele a mí Y sabe... Mi cuarto tiene sabor metálico Casi idéntico a aquel que despiden las calles La calle también es soledad También las heces en mi cuarto gritan ¿Cuál es la diferencia Entre el cuarto y mi calle? ¡Ninguna! ¡No la hay! Soy en mi cuarto El mismo desconocido de la calle Soy en la calle El mismo ingenuo de mi cuarto La última idea insepulta son mis pasos El último latido Es la tuberculosis de mi alma Necrótica mirada La mía ante los miles de humanos ¿Humanos? Moldeados con la misma masa ¡Quiero escapar! Y escapo a mi manera ¿Qué son los seres que andan mundos? ¿Qué soy yo cuando soy como ellos? Es por eso que escapo De mi cárcel forzosa ¡La poesía me hace humano! ¡Humano!
Qué dicen los seres ebrios Cuando se esfuman los sentidos Cuando la respiración Es pesada en demasía Cuando en la plena primavera Las ramas están secas Qué dicen los seres no tan ebrios Cuando se miran Cuando no quieren ser Y no quieren no ser Cuando no quieren Cuando no saben lo que quieren Cuando una fecha es una lágrima Qué dicen los seres sin ebriedad alguna Cuando se encuentran solos En un mundo de estatuas que caminan Cuando alrededor miran y solo alcanzan A ver figuras que no se ajustan a su verso ¿Qué dicen? Qué carajos dicen los no ebrios Cuando la vida corre Pero la vida De nada sirve, De nada vale...
Me envenena el blanco papel El mudo papel El papel arrogante El papel que sin letras Me habla más de mí que yo conmigo
Nos miramos fijamente Deshilando los gritos de un alfabeto enmohecido Lo deshilo, él se entreteje Y yo me lleno de un odio que no resiste mi aire Me envenenan los labios cosidos del papel
¡No puedo más! Me tiembla el aura, palidezco Introduzco mis dedos en el fondo De un turbio lago que no existe ¡Vomito al fin!