Feels like a fever (like a fever), like I'm burning alive (burning alive) Like a sign
Did I cross the line? You say no one knows you so well (oh) But every time you touch me, I just wonder how she felt Valentine's Day, cryin' in the hotel I know you didn't mean to hurt me, so I kept it to myself.
β§βββββββ’ββββ’βββββββ§ Hazlo, comete errores, vuelve a intentarlo, falla, manda todo a la mierda y empieza otra vez si es necesario.
ΒΏCΓ³mo obligar a la lengua a soltar la verdad que se traga? No hay trucos, ni conjuros, sΓ³lo la presiΓ³n implacable de la desesperaciΓ³n, el grito ahogado en el fondo del alma, la sed insaciable de respuestas.
Quiero su nombre, pronunciado sin vacilar, sin el velo de la cobardΓa. Que se desnude, que se exponga, que se muestre tal como es: un hombre sin agallas, un cobarde que busca refugio en la oscuridad, un gusano que se alimenta de la duda y de la incertidumbre ajena.
Pero la sed de verdad, esa puta sed, no se calmarΓ‘ hasta que esas palabras, esas palabras tan esquivas y traicioneras, salgan de su boca como un vΓ³mito amargo.
La envidia, la rabia, efΓmeras impurezas; un lavado superficial las borra, las disipa. No hay engaΓ±o, ni secreto que pueda ocultar la verdad absurda: comemos de otros cuencos.
Al alba, la rutina, una mΓ‘scara impasible. Lo que ocurre en la calle, ajeno a tu mirada. Te agrada mi oscuridad, mi desnudez moral.
"Eres mi mala," susurras, y en el silencio, me observas. No necesitas palabras, lo sabes. La noche es el lenguaje de nuestros cuerpos, una conversaciΓ³n muda, sin promesas.
Esto no es amor, no es un juego de ocasiΓ³n. Una cosa suspendida entre la nada y el deseo; una transacciΓ³n implΓcita: cuando quiero, quieres, y el cΓrculo se repite, sin sentido ni escape.
Si no me quieres, si el amor es un mito, aclaremos la farsa. No busco afecto contigo, no con esa ilusiΓ³n vana. Contigo, digo.
El corazΓ³n se encoge, se retuerce como un nudo ante la llegada de su amada, un barco fantasma que surca mi mar de melancolΓa. Miles de escenarios se desenvuelven en mi mente, un torbellino de posibilidades, como un caleidoscopio de colores vibrantes, pero en su centro, una oscuridad inmensa.
PodrΓa, con la frialdad de la piedra, borrarlo de mi vida, extirparlo como una mala hierba, dejar que el silencio sea mi ΓΊnico compaΓ±ero, un sepulcro de recuerdos y promesas rotas.
Pero, quizΓ‘, la niΓ±a que aΓΊn habita en mΓ, se atreverΓa a jugar a los celos, a invocar la furia del fuego, a reclamar su atenciΓ³n con una sonrisa amarga, un gesto desesperado de un alma en agonΓa.
O, en un acto de furia, de locura desatada, arruinarle su vida, construir una fortaleza de dolor y desolaciΓ³n, un castillo de ceniza y rencor.
OjalΓ‘ se te acabe la mirada constante La palabra precisa, la sonrisa perfecta OjalΓ‘ pase algo que te borre de pronto Una luz cegadora, un disparo de nieve OjalΓ‘ por lo menos que me lleve la muerte Para no verte tanto, para no verte siempre En todos los segundos En todas las visiones OjalΓ‘ que no pueda tocarte ni en canciones
El dolor, un eco en la carne, un recordatorio de la fragilidad. La ley del hombre, la ley de la ruptura. Las piezas, dispersas, un testimonio del paso del tiempo. Pero en la caΓda, una oportunidad de encontrar la unidad en el caos, de crear belleza de la fragmentaciΓ³n. Un mosaico de dolor, un nuevo orden del ser.