A la querida familia del maestro Salvador del Río Ortiz:
Reciban mi más profundo y sentido pésame por la irreparable pérdida de un hombre extraordinario, un esposo, padre y abuelo que siempre supo llenar de orgullo y amor a quienes lo rodearon.
Comparto su dolor con el corazón abatido, porque Salvador no solo fue un periodista ejemplar y un referente para todos nosotros, sino también un amigo entrañable que iluminó con su inteligencia, su bondad y su pasión por la verdad en cada rincón que pisó.
Sé que ningún mensaje puede aliviar el vacío que deja su partida, pero espero que encuentren consuelo en el inmenso legado que deja tras de sí y en el cariño que siempre les brindó con todo su ser. Su recuerdo vivirá para siempre en quienes tuvimos la fortuna de conocerlo y compartir con él esta vida.
Les abrazo con todo mi afecto y respeto en este difícil momento, deseando que la fuerza y el amor que él sembró en sus corazones los sostengan siempre.
Con toda mi solidaridad,
Joaquín