¿Alguna vez has despertado con la sensación de que nada tendrá sentido? Será trillado y típico y todo eso, pero... ¿Acaso no somos así los seres humanos? Filosofamos acerca de lo mismo porque siempre hacemos lo mismo.
Pero... ¿Y si hoy es diferente? Podría serlo con la única respuesta que da sentido a todo: Dios espera que abracemos su presencia para abrazar la vida. Que nos apasionemos. Que nos rompamos en amor. Que internemos en el alma el profundo y sublime anhelo de seguir adelante.
Si el mundo se nos cae encima, no seremos capaces de levantarnos, no realmente. Si nuestra creencia es el poder de la mente y la energía del universo, cuánta desventura nos espera. Si solo somos humanos y no amuletos, si solo somos un montón de piel y huesos y no misticismos parlantes, si nuestra esencia es simple y necia... de qué energía me hablas. Cuando se nos caiga el mundo encima no seremos capaces de levantarnos... Pero Dios sí. Porque en su infinitud sostiene al mundo en la palma de su bondad, y lo quitará de las espaldas, y lo sustituirá por su yugo: ligero, dijo; y con propósito, dijo.