Y en nuestra siguiente vida volveremos a encontrarnos en una calle de la ciudad más bonita del mundo, nos chocaremos por ir mirando a la nada como lo hacía siempre, tan despistado que ni te dabas cuenta que eras el centro del universo y yo me quedé paralizada con tu belleza lo que nos hará chocarnos y ahí será cuando nuestros corazones se reconozcan te invitaré a una cafetería y pedirás tu café favorito, como el que te tomabas en nuestra "otra vida" y yo perdida en tu mirada beberé aquel cortado mientras me hablas de tus tonterías, propósitos y ganas de vivir que siempre has tenido, las horas pasarán y me veré obligada a pedirte otra y otra cita, lo que en mi mente sonará como el deseo de una vida eterna, volveremos a nuestras casas con el sentimiento de conocernos de siempre, de saber más de nosotros de lo que pensamos. Volveremos a vernos y nos daremos cuenta de que ya nos conocíamos de otra vida y que tú y yo no fuimos una simple casualidad.
Todos tenemos un ojalá en nuestras vidas. Alguien que pudo ser, y se quedó en la puerta sin entrar. Una chispa que no encontró dónde hacerse llama, que se apagó sin dejar huella. Alguien que cuelga de tus recuerdos y que de vez en cuando provoca que se derrame algún "y si". Pero no fue ni será.