Goteará como la lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba (Deuteronomio 32:2).
Reflexión: La Palabra de Dios es rocío fresco que transmite paz, alegría, amor, tranquilidad, esperanza. Nutrámonos todos los días de esta fuente de agua viva que es Cristo Jesús. Cada mañana al despertar démosle las gracias a Dios, por regalarnos un día más de vida, 24 horas para luchar y trabajar por nuestros sueños; para brindarle amor a nuestros seres queridos y al mundo; para deleitarnos con su hermosa creación. Un día más de vida es un tesoro invaluable que muchos no tienen, aprovechemos esa oportunidad que se nos brinda. Mantengámonos en armonía con Cristo Jesús, encomendémosle nuestro día para que todo lo que hagamos sea de agradado de Dios, para que no pasemos dificultades y no transgredamos su sagrada ley. Recordemos siempre que como cristianos nos corresponde enseñarle al mundo el camino a Cristo, debemos reflejar la imagen de nuestro Padre, irradiar su aroma de amor y ser testimonio vivo. Por ello la importancia de orar y estudiar la Biblia a diario, pues tenemos una importante labor que cumplir, llevar el mensaje de Dios, y podemos hacerlo de diferentes formas, a veces inconscientemente influimos en la vida de otras personas, porque somos instrumentos del Señor. Oremos rogándole a Dios sabiduría, que ponga palabras en nuestra boca para dar un mensaje de aliento al que lo necesite, y que nos ayude a tener una conducta que refleje su amor.