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EL DIABÓLICO MITO DE PAGANINI
El magnífico
Niccolo Paganini es uno de los de los músicos más virtuosos que nos ha dado la historia. Nacido en Génova en 1782, su inigualable talento musical y personalidad enigmática han atrapado el interés de la sociedad y la cultura durante décadas, siendo
protagonista de misterios y leyendas que encierran su nombre buscando revelar el gran enigma que creen que se esconde tras semejante virtuosismo.
Durante mucho tiempo, en los salones musicales de media Europa, corrió un rumor que hasta hoy no ha podido ser desmentido. Paganini, considerado por muchos como uno de los mejores violinistas de todos los tiempos,
había vendido su alma al demonio para obtener un extraordinario virtuosismo.
Los rumores sobre el trato con el maligno comenzaron cuando Paganini contaba con sólo 5 años, cuando
el diablo supuestamente se le apareció en sueños a su madre, Teresa Bocciardo, asegurándole que, a cambio de su alma, su hijo sería un violinista de fama mundial. Ante tamaña revelación, se cuenta que su padre, Antonio Paganini, un virtuoso con la mandolina y el violín,
obligó al pequeño Niccolo a practicar durante más de diez horas diarias.
Otra versión, contada por algunos conocidos del músico, por el contrario, aseguraba que el mismo Paganini, ya joven,
se había postrado delante del maligno para repetirle el juramento: “Le dijo que su alma era suya a cambio de tocar como un ángel. Se encendió una luz que nos cegó. Paganini se puso de pie y siguió su camino”.
Paganini podía pasar de
tocar en el violín pasajes tan tiernos como para hacer llorar al espectador como realizar una interpretación con tanta fuerza y velocidad que aún no se ha podido superar.
Con 31 años ya era considerado un virtuoso del violín, con un oído absoluto y una entonación perfecta.
Tan perfecta era su técnica y su interpretación que algunos no dudaron en calificarla de auténtico
pacto con el diablo.
Sus adelantos musicales asombraron desde un principio y se decía que en la mayoría de sus apuntes aparecía una nota extraña la cual decía
"nota 13".
Podía interpretar obras de gran dificultad únicamente con una de las cuatro cuerdas del violín, y continuar tocando a dos o tres voces, de forma que parecían varios los violines que sonaban.
Finalmente, durante un concierto, un espectador afirmó haber visto al
diablo tocando junto al violinista. No hizo falta demasiado para que el rumor fuera esparcido, mientras muchas otras personas afirmaban también haber visto fenómenos extraños como
fantasmas en el escenario o haber visto al
violín flotando, tocándose solo, frente a las multitudes que iban a ver a Paganini.
Según cuenta en su libro el estudioso Philip Sandblom, pocos genios han experimentado tanta fortuna como Paganini. Este, además de estar asolado por una serie de afecciones crónicas también tenía el síndrome de
Ehlers-Danlos, un grupo de alteraciones genéticas raras que afectan a los seres humanos provocado por un defecto en la síntesis de la falta o escasez de colágeno.
Esta afección provoca una excesiva flexibilidad de las articulaciones. Esto, aseguró este experto, permitió a Paganini realizar su dificilísima técnica con el violín.
Sus composiciones
incluyen 24 caprichos para violín, que se encuentran entre las obras más difíciles que se han escrito para el instrumento,
6 conciertos para violín, 12 sonatas para violín y guitarra y 6 cuartetos para violín, viola, violonchelo y guitarra.
A pesar de la gran admiración y respeto que Paganini llegó a obtener estando en vida, las supersticiones, así como la magia y la brujería permeaban el imaginario colectivo de la época, debido a ello, después de su muerte se le negó ser sepultado bajo el rito cristiano. Mas Paganini nunca intentó desmentir el mito sobre su pacto con Lucifer, al contrario, durante toda su vida se esforzó en contribuir a su expansión y a vivir como un total enigma. Lo que valió el título "Del Violinista del Diablo".
@ClasicaAlAtardecer