Siempre había odiado el color rosa. Sin embargo, cuando crecí y abrí los ojos a las expectativas de la sociedad, me di cuenta de que no era el color lo que odiaba. Era todo lo que acompañaba al estereotipo de una mujer que decía que le gustaba el rosa. Que nos hacía femeninas, amas de casa y que un día seríamos madres. Era la "feminidad" personificada en un color, y lo odiaba. Odiaba que me encasillaran en una imagen que no se ajustaba a mí. Odiaba que me dijeran que algún día sería una madre y una esposa increíble, aunque fuera lo más soltera posible. ¿No podía ser más que eso? ¿O no era suficiente tal y como era ahora? —Captured by the Monsters (R.L. CAULDER, M.J. MARSTENS)