Y bueno, cabe recalcar que la serie es de antaño. Y al menos a mí, me hizo ver cómo hay cosas viejas que valen mil veces más la pena que las series icónicas de hoy en día. En la serie ellos nunca se vieron en la necesidad de desnudarse, de decir tantas malas palabras. La vida de privilegiados no tenía nada que ver con las expresiones que reflejan los privilegiados de hoy en día. Es una forma de vida, y un punto de vista que da gusto conocer. Los diálogos, las escenas, hasta los pequeños personajes como porteros o damas de el hogar se ganan tú corazón. Hasta que por fin entras en un pequeño bucle, sobre las últimas temporadas. Siento que alargaron algunas tramas sin necesidad. Pero igual no es tan molesto a la vista de uno. Cuándo acaba no te esperas quién es Gossip Girl, y te sientes aliviado de ver cómo cada uno llegó a donde quería estar. Desde los padres, hasta sus hijos los principales de la historia.