LA VÍA DOLOROSA
Jesús de Nazaret nació y vivió en el espacio del Oriente Medio llamado hoy Palestina. Desde el año 64 a.C., esta región formaba parte del Imperio Romano. Históricamente, ha recibido diferentes nombres: Judea, Canaán, Israel o Tierra Santa, si bien cada uno de ellos alude a realidades geográficas difusas y no estrictamente coincidentes.
El sitio donde Jesús de Nazaret fue crucificado
se llama Calvario, también llamado Gólgota. Era un espacio que estaba cercano a los exteriores de la ciudad de Jerusalén.
En los escritos en griego de
San Mateo, San Marcos y San Juan, se da como posición
El Cráneo o
La Calavera, trasladado al latín como
Calvari Locus, de donde se deriva la palabra española
Calvario. En los escritos de
Lucas se llama básicamente
El Lugar del Cráneo.
Según las fuentes,
Jesús recorrió siete lugares antes de ser crucificado en El Gólgota. Esta tradición es reproducida por los creyentes en la tradición de las siete estaciones que los fieles realizan la noche del Jueves Santo y en la que se visitan otros tantos templos.
Esas estaciones comienzan en el
cenáculo, el lugar de
Jerusalén donde Jesús cenó con los apóstoles la última cena de su vida. Es también el lugar donde se reunirían los apóstoles después de la resurrección de Jesús y donde se encontrarían durante Pentecostés.
El monte Calvario o Gólgota (en arameo, Golgotha, ‘calavera’)
estaba localizado en el noroeste de la ciudad de Jerusalén, adyacente a una cantera de caliza donde Jesús fue sepultado en una tumba tras su crucifixión.
Actualmente el sepulcro en el que fue enterrado Jesús se encuentra en el santuario homónimo, el del Santo Sepulcro. Así, el lugar sería el punto exacto donde se produjo la crucifixión, enterramiento y resurrección de Jesús.
Se encuentra dentro de la Ciudad Vieja de Jerusalén, la cual a su vez se ubica en la línea de confluencia entre la Jerusalén oriental (árabe) y occidental (judía).
Años después, concretamente en el año 326 d.C., el emperador Constantino mandó construir en aquel lugar la Basílica del Santo Sepulcro. Por esto, el paisaje del monte con las 3 cruces que todos tenemos en mente no está así hoy en la actualidad. Es más, el monte está hoy en día integrado en Jerusalén.
La Vía Dolorosa sigue la senda que Jesús caminó por las calles de Jerusalén, desde el lugar de su juicio hasta el lugar de su crucifixión. Jesús fue llevado ante
Poncio Pilato para ser juzgado y condenado cerca de donde se encuentra hoy la
Puerta del León de la
Ciudad Vieja. Después de ser juzgado, Jesús llevó la pesada cruz por las concurridas calles hasta donde sería crucificado. Las crucifixiones se hacían fuera de las murallas de la ciudad, mientras que hoy en día
El Gólgota, el lugar de la crucifixión de
Jesús se encuentra dentro de la
Ciudad Vieja y dentro de la
Iglesia del Santo Sepulcro.
Las Estaciones de la Cruz
A lo largo de la ruta, Jesús se detuvo en 14 puntos que hoy son recordados como las Estaciones de la Cruz. La mayoría de las estaciones están registradas en el Nuevo Testamento y otras se agregaron a lo largo de los años. Cada estación está marcada a lo largo de la
Vía Dolorosa por una placa o marca en las paredes de piedra que flanquean la ruta. Varias de las estaciones tienen pequeñas capillas cercanas que conmemoran los acontecimientos.
En los primeros años del
Cristianismo, después de la legalización del
Cristianismo en el siglo IV, se hizo habitual que los peregrinos volvieran sobre la ruta de
Jesús por el
Camino de los Dolores. La ruta ha sido alterada varias veces a lo largo de los años. Las actuales
"Catorce Estaciones de la Cruz" se establecieron en algún momento después del período de los
Cruzados (siglo XIII) y están todas dentro de los muros de la
Ciudad Vieja de
Jerusalén.
En el siglo XVI, la ruta recibió su nombre, Via Dolorosa (El Camino del Dolor en Latín) y hoy en día, la Via Dolorosa o el Camino de la Cruz se encuentra en la ruta seguida por peregrinos
Bizantinos.
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