No sigas a nadie, y menos a un hombre. Si sus caminos son el mismo, adelante, hazlo con él. Pero si no es así, por mucho que te duela, busca tu propio rumbo. Porque te mereces una vida que te pertenezca solo a ti. El tiempo pasa. No vuelve, no se detiene y sigue una única dirección. Siempre hacia delante.
Un día llegarás a cierta edad y mirarás atrás, ¿qué te gustaría ver cuando llegue ese momento? Que has sido la protagonista de tu propia historia y no solo una secundaria en la vida de otros. Así que, por mucho que el chico te importe, no puedes basar tus elecciones dando prioridad. Solo tú puedes decidir dónde, cuándo y cómo permanecer. Cómo ser. No tiene nada de malo ser un poco egoísta a veces.